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La Sociedad de la Información fuera de agenda. Córdoba fue o será el Silicon Valley del sur?

Análisis y Opinión: Cómo la Sociedad de la Información y la brecha digital están fuera de la agenda periodística y política en la actualidad cuando es un tema estratégico y crucial antes los cambios tecnológicos que afectan y transforman el sector. La Provincia no tiene aún un plan estratégico para el desarrollo de la Sociedad de la Información y si bien existe una base fértil para el crecimiento tecnológico no hay una política de ordenamiento en la materia que busque potenciar su desarrollo, y con él la inserción de Córdoba al mundo. Ni siquiera es mencionado en la agenda política de ningún candidato hasta ahora.
Por Manuel Frascaroli
El incipiente desarrollo de la Sociedad de la Información (SI) en Córdoba responde a aislados intentos del sector estatal y privado, desordenadas acciones que no terminan de conformar una línea de acción clara que permita asegurar el desarrollo socioeconómico de la provincia en el tercer milenio y pueda dejar atrás el modelo agroexportador, más propio del siglo XIX.
Tan central es la cuestión que ante la crisis económica del país y la recesión que afecta a las tradicionales industrias radicadas en la región: metalmecánica y automotriz, o agroindustrial-alimenticia, apostar por el desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) podría ser una solución alternativa para Córdoba y la Argentina, aunque esto no se esté haciendo y los gobernantes de turno sean igualmente incapaces de verlo.
Países y regiones del mundo que se encontraban mas marginadas del desarrollo económico y social o habían experimentado serias crisis o problemas endémicos como la pobreza y atrasos en infraestructuras han encontrado una salida a través de la innovación tecnológica y la investigación y desarrollo (I+D). Irlanda o India por éste camino, introdujeron importantes cambios en sus aparatos productivos que les han permitido una mejor inserción en esta fase del capitalismo conocida como globalización. Igualmente regiones como Cataluña, País Vasco o Madrid en España van a la cabeza en desarrollo económico fruto del mismo factor y éstos ejemplos deberían ser mirados con mayor atención en estas latitudes justamente en estos momentos.
Un caso interesante es Finlandia, un país marginal en términos geográficos (casi el doble del territorio cordobés pero con un cuarto del mismo sobre el círculo polar ártico) y en importancia económica (desarrollo industrial en base a materias primas), que fue arrastrado por la caída de su principal socio comercial, la ex URSS. Durante la debacle el gobierno apuntó a los líderes como clientes: EE.UU. y Japón. E invirtió en la creación de centros de desarrollo tecnológico para ejecutar las políticas gubernamentales en tecnología, y promover la competitividad industrial por medios tecnológicos, además de diversificar y aumentar la producción según demanden las exportaciones para crear empleo y bienestar social. La suma de estrategia fue tan acertada y resultó tan exitosa que, a pesar de la difícil situación que afrontaron, Finlandia terminó siendo el país más informatizado del mundo, y no estaba entre los candidatos al puesto. Después de todo, es una pequeña nación cuya escasa población vive cultural, idiomática y climatológicamente en la periferia de Europa.
Así, la Argentina, que contaba en relación a América Latina, con mejores indicadores en alfabetización, acceso a bienes y servicios informacionales, consumo de comunicación y cultura, está relegando esas ventajas comparativas como consecuencia de la sistemática deserción del Estado en la planificación y ejecución de políticas. La Argentina de los ‘90 fue a contramano de la máxima del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que insta a "poner el adelanto tecnológico al servicio del desarrollo humano" y advierte que "el cambio tecnológico eleva espectacularmente la importancia que cada país debe asignar a las inversiones en la educación y la capacitación de sus habitantes".
Y la cosa viene ya pronunciándose desde hace algunos años: en el informe de la Universidad de Harvard, GITR 2001–2002, la Argentina ocupaba el lugar 32 tras España (26) y sobre Uruguay (37) y Brasil (38). Se destacaba que la Argentina ocupaba esa posición a pesar de "la severa crisis económica y financiera, bajo ingresos en los hogares, altos precios para la adquisición de equipamiento tecnológico y limitados programas gubernamentales para la promoción de las TICs" cuya efectividad destaca por el contraste de la posición general del país, cayendo al puesto 52 en ese rubro. Las compañías de software argentinas compiten globalmente (o están en condiciones para hacerlo) sin embargo sigue siendo caro adquirir equipamientos informáticos y el crédito es caro. Aunque advierte que "carece de una visión nacional a largo plazo para insertarse entre los que se benefician de las TIC", es que así la posición del país ha venido cayendo casi de forma contínua, mientras algunos países de la región han logrado mejorar sustancialmente la suya y hasta alguno ha logrado sobrepasar en algunos índices a la Argentina.
Como si hiciera falta, un estudio del Financial Times y la OCDE, igualmente enfatizan que sobre los 25 países con más posibilidades de triunfar en la "nueva economía" del conocimiento del nuevo milenio, no aparece ni un sólo país hispano. El fallido plan del gobierno del ex presidente Fernando de la Rua en equipar a todas las escuelas con computadoras e Internet, la inexistencia de todo plan en el gobierno de Duhalde y en el de Néstor Kirchner, ha mostrado y muestra su correspondencia en Córdoba, cuando aún es muy bajo el porcentaje de los establecimientos educativos conectados. De hecho su número es insignificante.
Sin dudas la suerte del Estado cordobés en las últimas dos décadas donde se ha definido los actuales posicionamientos en el engranaje del capitalismo globalizado. Desde el viejo programa Prointec de Eduardo Angeloz para dotar a las escuelas con computadoras y su proyecto jamás concretado del Polo Informático de Sinsacate, se sucedió luego con la del gobierno de José De la Sota con una supuesta copia del modelo irlandés (que requirió de un difundido viaje con toda la comitiva), mucha agua ha corrido bajo el puente y sin embargo nada se ha concretado hasta la fecha. Solo por insistir con la conectividad de las escuelas durante sus dos administraciones apenas un centenar de escuelas incorporaron sus respectivos gabinetes informáticos con conexión a la Red, aunque el propio gobernador De la Sota había prometido en el 2001 conexión para todos los centros educativos (más de tres mil). En su momento, no obstante, de su posición como funcionarios, quienes estuvieron a cargo de la Secretaría de la Función Pública cordobesa en los gobiernos de la Sota, reconocieron que lamentablemente no existe una política sobre la Sociedad de la Información ni un área de gobierno que aglutine todos los esfuerzos y trace una política en la materia.
Hasta el día de hoy la actual administración de Juan Schiaretti, no sólo no ha cambiado sino que se ha profundizado el desinterés por articular alguna política de Estado en la materia. Tanto desde sus ministerios de Educación, como de Ciencia y Tecnología nada se ha hecho, tampoco desde Epec Telecomunicaciones, a pesar de que el propio gobernador dijera a éste cronista en la conferencia de prensa de sus primeros 6 meses de gestión que no continuaría replicando la lógica de mercado en el tendido de sus redes de fibra óptica sino que llevaría Internet a todas las poblaciones de la Provincia, especialmente a aquellas a las que el sector privado no llega o lo hace deficientemente, como en algunas localidades del Gran Córdoba inclusive, como Salsipuedes, donde su cooperativa telefónica presta un servicio muy caro y de pésima calidad. No obstante eso, cuando cualquier empresa de telecomunicaciones son fuente de crecientes ganancias la Epec Telecomunicaciones, con los directivos nombrados primero por De la Sota y luego por Schiaretti tiene el triste honor de dar pérdidas sin cumplir ninguna función social, con lo que al menos se justificaría de alguna forma esa misión o la inversión en infraestructura o investigación y desarrollo de tecnología local, pero nada de eso hace.
Pero lo peor es que tampoco desde los principales partidos de la oposición, es decir el Frente Cívico ni la UCR tienen una propuesta ni han buscado debatir sobre una política de Estado sobre Sociedad de la Información y todas sus dimensiones (educativa, tecnológica, económica, social, cultural, etc.), más bien hacen caso omiso de las instancias que se han abierto sobre la cuestión y tampoco han dado a conocer que cuenten con equipos técnicos calificados para abordar seriamente la problemática.
Está de más decir que en otros países el uso educativo de Internet es prioritario en todos los niveles. La denominada alfabetización digital viene a incorporar a la población que no cuenta con los conocimientos básicos para insertarse en la sociedad actual, con lo cual se tiende a aminorar los efectos de la brecha digital Tal alfabetización además de la búsqueda de un acceso mas equitativo e igualitario a las fuentes de información y conocimiento tiene también su correlato en lo económico: la importancia de capacitar a la futura fuerza laboral en el manejo de competencias imprescindibles como herramientas de trabajo; su aprendizaje por tanto tiene además un sentido estratégico, para la reconversión del aparato productivo, la generación de valor y crecimiento de la economía como no quedar fuera del privilegiado circuito de naciones productoras de tecnología y conocimiento.
La brecha digital y el analfabetismo en la materia se traslucen a todos los sectores, políticos y periodistas lejanos casi por igual tampoco permiten que la temática emerja de entre los tópicos del día a día que con los consabidos argumentos de la urgencia van relegando las cuestiones importantes para después. Las organizaciones que deberían servir de apoyo para la reconversión y construcción de una sociedad más justa, también en éste sector, tal vez por iguales razones se muestran desinteresadas en brindar soluciones a los suyos, por caso los sindicatos o la propia Legislatura y su área de capacitación. De hecho ha sido "noticia" –como se verán en nuestras revistas de prensa y web- cuando algún político destacado se ha incorporado a las redes sociales más relevantes en la actualidad.
Por su impacto cultural y económico, Internet debería concebirse como un servicio público y el Estado garantizar su acceso, independientemente del lugar de residencia y de la condición socio-económica del usuario. Concebida como servicio público, Internet se inserta en la agenda de los países que aplican políticas para suprimir las disparidades en el acceso. Si ello ocurre en EEUU o Europa, en un país pauperizado con una distribución regresiva de la riqueza como la Argentina, ese principio debería funcionar como lógica rectora según Martín Becerra de la UNQ.
Sin embargo, se abortaron las iniciativas que se habían empezado a constituir en su momento: con la asunción del gobierno de Eduardo Duhalde se desmanteló la oficina encargada de ejecutar el Programa Nacional de Sociedad de la Información, y una vez más se disolvió el principio de mantener una política de estado sólida en una materia tan estratégica como ésta. Pero el desorden gubernamental y la dilapidación de recursos públicos invertidos en el área vienen incluso en momentos en que se suponía que se podían encarar seriamente el desarrollo de la SI, como durante los ‘90. En aquellos momentos con la convertibilidad en pleno y Carlos Menem en el gobierno central, el Estado invirtió en el desarrollo de los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC) que cayeron en la manipulación política para su distribución con la gestión de Germán Kamerath en la Secretaría de Comunicaciones. Hoy se estima que menos de la mitad de aquellos CTC están en funcionamiento debido a que recayeron en clubes deportivos, sindicatos y otras instituciones que no tenían capacidad para gerenciarlos. Y éste es un problema serio cuando se tiene todavía una carencia importante en equipos informáticos, y la Provincia tampoco se ha dado para sí ningún plan similar para facilitar el acceso de la población a la red, sobre todo en las zonas más alejadas del interior provincial, donde el interés del sector privado es escaso o nulo, generalmente. De hecho, solo un puñado de ciudades del interior de Córdoba cuenta con un nodo de acceso local a Internet.
Córdoba es uno de los estados que no tiene un programa gubernamental en TICs, aunque si otros estados provinciales y no cuenta con representantes técnicos ante los organismo nacionales e internacionales (como Programa Nacional de Sociedad de la Información, Cumbre de Sociedad de la Información –capitulo regiones/Pcias. UIT, UNCTAD/ONU, etc. perdiendo oportunidades de acceso a fuentes de financiamiento y hasta donaciones como las que frecuentemente hace la Unión Europea para combatir la brecha digital. Por lo que además sería deseable que los municipios también contaran con su propios programas y oficinas, no sólo para aprovechar también aquellas oportunidades sino para intervenir en la gestión de la dimensión social y cultural, reemplazando tal vez esos viejos "talleres culturales" de manualidades por otros de alfabetización digital
Pero Córdoba ha pretendido avanzar por propia fuerza a pesar de la inexistencia de políticas activas por parte del Estado para promover la implantación de las TICs. La "docta" cuenta con un buen nivel de profesionales especializados que posibilitaron un incipiente desarrollo de Pymes, (de servicios y producción de software), aunque la actual depresión económica se haya cobrado la vida de mucha de ellas y sepultó a prácticamente todas las start ups locales. Hoy no sobrevive, por ejemplo, ninguno de los 7 portales de contenido local que llegaron a existir.
Por otro lado no se conocen resultados de la creación del Instituto Tecnológico de Córdoba, (constituído por un consorcio de las 6 universidades junto a junto al Cluster Technology como emprendimiento mixto que nació buscando potenciar la industria informática local, empresas comercializadoras de software y la municipal Agencia de Desarrollo Económico), ni tampoco del efecto cascada por la radicación de un centro de software de Motorola, por el que el gobierno pulseó con otras regiones (e invirtió una suma varias veces millonaria) para obtener su radicación, según algunos a un muy alto precio que no compensa por el desarrollo que supuestamente generará. Tampoco se ha conocido el destino de los créditos concedidos por el BID para el desarrollo de un cluster tecnológico.
Pero es destacable el rol que han venido cumpliendo las pequeñas iniciativas de Pymes y micro-emprendimientos que fundaron muchos sitios web, facilitando el acceso a contenidos locales y promoviendo una mayor presencia de las empresas en la Red como de los gobiernos locales del interior. Esta importante función en la creación de contenidos con acento cordobés no solo permite que se constituya como una motivación extra para la incorporación de mayor porcentaje de la población a Internet sino que además que puede constituirse como motor para el desarrollo económico y tecnológico que tiene efectos cascada incidiendo en distintos aspectos sociales tanto en lo atinente al aparato productivo como en la industria cultural local. Tal vez muestra de ello sea el artículo ilustrado de Business Week, y ojalá se consolide a futuro la posibilidad cierta de llamarle a aquella que supo ser "la docta", como el "Sillicon Valley del Sur".
Por otro lado hay que reconocer que igualmente desde el gobierno se han implementado algunas acciones que significan un avance, aunque insuficiente, facilitando el acceso de los ciudadanos a información y trámites tributarios con el portal "cba.gov.ar", aunque apenas con escasos contenidos de calidad, carente de actualizaciones significativas, y con áreas de interactividad nunca activadas. Todavía se encuentra por implementarse el pago electrónico de impuestos y las compras por Internet para bienes y servicios del Estado. Entre otros, tampoco se han conocido los resultados de la construcción de la Red Inter-Hospitalaria, una obra demorada y postergada que uniría a 32 hospitales públicos y a los casi 500 dispensarios de toda la provincia y que permitiría gestionar las historias clínicas de forma electrónica en todo el territorio cordobés.
También en el tema turístico deja mucho que desear el desempeño de la Provincia en Internet cuando es aún más decisorio y fundamental el rol informativo y promocional sobre una actividad económica que en la Provincia genera una gran cantidad de puestos de trabajo. Por ejemplo el portal cordobaturismo.gov.ar que desde la Agencia respectiva brinda información desactualizada y hasta errónea, como llegara a destacarse en alguna oportunidad en la prensa local. Es nulo hasta la fecha el desarrollo y aprovechamiento del turismo 2.0 (dos punto cero) y la extensión de la "marca Córdoba" y sus productos hacia las distintas redes sociales que son aprovechadas por otros destinos que son competencia directa.
A diferencia de otras latitudes donde las fundaciones de los operadores de telecomunicaciones u ONG’s, cámaras empresariales y sectoriales realizan y financian estudios e investigaciones para conocer la realidad social y económica del desarrollo e implantación de las llamadas TICs (tecnologías de la información y la comunicación).
Resta mucho por hacer todavía, inclusive en sectores que no llevan costosas inversiones, sino en áreas que trabajen sobre planificación estratégica, fijación de políticas, y antes, la producción de datos y estadísticas de la situación local, permitan conocer profundamente por ejemplo el estado actual de las prestaciones de los servicios y disponibilidad de las herramientas de la SI en Córdoba. Un diagnóstico para conocer el grado de implantación de la misma en la Pcia, en todas sus dimensiones: sociales, empresariales, tecnológicas, de infraestructura, etc. Actualmente el Estado no sabe cuántas ni cuales poblaciones de la Provincia tiene acceso a Internet, qué infraestructuras o cuántas redes de fibra óptica, ni cuántos o cuales operadores cubren qué grado de población o territorio. Dicho diagnóstico debería proveer los instrumentos para un punto de partida sólido para el accionar de las áreas del Gobierno que trabajen sobre la imprescindible planificación, para que Córdoba no siga compitiendo en inferioridad de condiciones con otras regiones y estados del mundo, y que a la vez provea de políticas sólidas y estables que se mantengan mas allá del cambio de administraciones de cualquier signo.
Es necesario también un mayor esfuerzo para que las empresas locales comprendan el nuevo entorno invirtiendo en innovación y tecnología, capacitación de su personal y comprometerse en o que se denomina como responsabilidad social empresaria, especialmente todas aquellas que extraen sus ganancias de nuestra comunidad y muy particularmente aquellas que obtienen beneficios director por su actividad comercial como los ISP, operadores de telecomunicaciones, universidades públicas o privadas, de las que hasta ahora no se les ha conocido tampoco acción social o extensionista que busque remediar la brecha digital o propongan instancias que posibiliten el debate como contar con los relevamientos necesarios. En lo que respecta a las empresas de comunicación para superar el atraso en el que, en general, se encuentran, dedicar mayores esfuerzos por reconvertirse y capacitar su personal para asegurar su crecimiento e inclusive su supervivencia.
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